El barrio de Horta es, tal vez, uno de los rincones de Barcelona que aún conserva su autenticidad. Su posición privilegiada, alejada de los entornos más céntricos y conocidos de la ciudad, está permitiendo que su esencia y las características que lo hacen único sigan manteniéndose gracias a las diferentes restauraciones. Este entorno es uno de los mejores si te estás planteando mudarte a la Ciudad Condal, alquila tu piso en Horta.
En ShBarcelona te mostramos este encantador barrio y te descubrimos qué debes saber antes de ir. Horta sigue manteniendo el aire de pueblo dentro de la gran ciudad. ¿Quieres conocer Horta? ¡Sigue leyendo!
Tabla de contenidos
Historia de Horta
El barrio de Horta debe su nombre a la familia Horta, que fue propietaria de los terrenos prácticamente 250 años, desde 1036 hasta 1260. Fue un municipio independiente construido alrededor de la Iglesia de San Juan de Horta y del Monasterio San Jerónimo, justo al lado del Hospital Vall d’Hebron. No fue hasta 1904 cuando este pueblo finalmente paso a formar parte de la ciudad de Barcelona.
Qué ver en Horta
La Calle Aiguafreda
En esta calle, formada por 32 casas, parece que no ha pasado el tiempo. Las casas se construyeron por familias de clase obrera a principios del siglo XX; y se descubrió que era una zona rica en aguas subterráneas. Por ello, muchas familias decidieron excavar pozos en sus jardines y gozar de agua corriente en su propia casa, un privilegio de pocos en aquella época.
Foto vía barcelona.cat
Las mujeres podían lavar la ropa en su casa y empezaron a ofrecer sus servicios a familias burguesas que pudiesen costearlo. A su vez, construyeron lavaderos para agilizar el proceso; hoy en día aún se conservan algunos trozos de ellos junto a los pozos. Esta calle es una de las más bonitas y especiales de la ciudad.
| 📌Esta calle es tan privada que parece que no esté abierta al público. Aunque sí que lo está, recuerda que viven vecinos, por lo que deberás respetar su descanso e intimidad. |
La Plaça Bacardí
Es uno de los centros neurálgicos del barrio de Horta, desplazando cada vez más a la Plaça Eivissa como zona donde ir a hacer un vermut, jugar con los niños o simplemente descansar del ajetreo de la semana en un ambiente de plaza de pueblo.
Debe su nombre al político Alejandro Bacardí, que fue el impulsor de la urbanización de la zona a partir de 1870 cuando todavía era un núcleo de muy baja población. Los terrenos donde está ubicada la plaza formaban parte de su propiedad y, por ello, acabó llamándose así.
Está encajada entre la calle Sant Alexandre y la de Santa Amàlia, que pese a ser santificados, eran, ni más ni menos, que el propio Alejandro Bacardí y su esposa. En la plaza se han mantenido las antiguas casas y torres, muchas convertidas en bares y restaurantes donde poder disfrutar de comida tradicional a muy buen precio.
Foto vía barcelona.cat
La Calle Campoamor
Continuamos con nuestra ruta por Horta descubriendo la calle Campoamor, una de las calles más bonitas, señoriales e impresionantes de Horta y de Barcelona. Antiguamente llamada Rambla Cortada por confluir en la masía Can Cortada (que ahora es un restaurante), la calle empezó a configurarse como zona de veraneo de las clases pudientes de Barcelona, por lo que empezaron a edificarse torres y casas señoriales dignas de la burguesía catalana.
En 1870 la epidemia de fiebres amarillas que asoló la ciudad condal hizo que muchos miembros de la clase alta se mudaran definitivamente a la calle Campoamor. Una torre de agua situada tras el convento de las Dominicas, llevaba el agua a la fuente que abastecía a toda la calle.
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Un punto a visitar es la Cruz de Horta, situada en la parte alta de esta calle, que marca el límite del barrio. La parroquia de San Juan de Horta, de la que encontramos documentos que certifican su existencia desde 1095, marca el inicio de tan señorial calle en la zona baja. Ese ambiente de avenida ancha y señorial también se debe a los frondosos plataneros que se plantaron en 1908 y que sobreviven en su mayoría.
Plaça Eivissa
Esta hermosa plaza sigue siendo el punto de encuentro entre muchos vecinos del barrio. En 1907 se le dio el nombre de Plaça Eivissa, debido a la escultura que encontramos en un lado de la plaza: L’eivissenca, diseñada por el escultor Joan Centelles.
Anteriormente, la Plaça Eivissa era el punto donde se realizaba el mercado local, un punto céntrico del barrio que se mantiene hasta el día de hoy. Tal como sucede con la Plaça Bacardí, esta plaza mantiene el ambiente de pueblo y es un excelente entorno donde, por ejemplo, ir a hacer el vermut un domingo.
Foto vía barcelona.cat
Estos son los puntos que quizá no conocías de Horta, aunque quizá te suenen otros más famosos como el Laberinto:
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¿Nos recomiendas algún otro espacio de Horta para descubrir?
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