Los mejores pueblos de la Costa Dorada

La Costa Dorada abarca la franja litoral de la provincia de Tarragona, desde Calafell hasta la entrada del Delta del Ebro. Mientras que su litoral dispone de espaciosas playas de arenas finas con aguas transparentes y poco profundas, entre el mar y las montañas se encuentran extensas áreas de pueblos tranquilos con espacios naturales de gran belleza. Si te gustaría conocer los mejores pueblos de la Costa Dorada, continúa leyendo este artículo de ShBarcelona.

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Los municipios de la Costa Dorada

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Tarragona es, por supuesto, la ciudad más importante de la Costa Dorada, que a su vez, es la capital de la comarca del Tarragonés y una de las cuatro provincias de Cataluña. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por sus bienes arqueológicos romanos, pues hay restos de la época romana por toda la ciudad. Solo por estos motivos, bien merece una visita. Por otro lado, Salou y Cambrils son los centros más turísticos de la Costa Dorada, por lo que ofrecen un sinfín de actividades lúdicas. De hecho, el gran foco de interés es Port Aventura, el parque temático más visitado de España.

De entre los mejores pueblos de la Costa Dorada, es difícil destacar uno como el más especial de todos; por lo que pretendemos centrar nuestra atención en las poblaciones más emblemáticas de la Costa Dorada, de norte a sur, pero únicamente las costeras, en detrimento de las interiores. Empezando por el norte, el primer pueblo de la Costa Dorada es Calafell y bien merecen una visita su Castillo Medieval de la Santa Creu, los restos de la antigua villa romana del Vilarenc, el Museo Casa Barral, las Casas de Indianos, el Monumento al Pescador, el Bote Salvavidas y la Ciudadela Ibérica de Calafell.

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A unos veinte y pocos quilómetros de esta población, dirección sur, está Torredembarra, un pueblo interesante por albergar el castillo renacentista de los Icart (S. XVI), que es el único edificio civil de nueva planta del renacimiento catalán que existe hoy en Cataluña; la iglesia de Sant Pere, la Torre de la Vila (S. XII-XIII) y la Vila del Moro (S. II a.C. hasta S. II d.C.). Desde esta localidad, también merece la pena conocer el entorno natural de Els Muntanyans-Gord, un espacio virgen en línea de mar donde se hacen visitas guiadas los domingos. Antes de llegar a Tarragona, puede ser interesante hacer una parada en Altafulla para visitar las casas del S. XVIII, las casas del barrio de Botigues de Mar, la ermita de Sant Antoni (1717), algunas casas señoriales y las plazas de l’Església y el Pou. A escasos quilómetros se encuentra Tamarit, una localidad de la Costa Dorada famosa por su castillo, el Castillo de Tamarit, que se alza frente al mar. Las playas de esta zona son amplias, de arena fina y aguas poco profundas, pero sobretodo esta última población cuenta con calas realmente hermosas.

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Ya en la parte sur de Tarragona, recomendamos descubrir otro de los mejores pueblos de la Costa Dorada: La Pineda (población que pertenece a Vila-Seca), porque por un lado es una de las zonas más tranquilas y relajadas de la Costa Dorada, pero por el otro, ofrece entretenimiento, diversión, variedad de tiendas, festivales veraniegos y el parque acuático Aquopolis. Unos cuantos kilómetros más al sur llegarás a Mont-Roig del Camp, un pueblo agrícola en el que el pintor Joan Miró vivió largos periodos de su vida y cuyos paisajes sirvieron de inspiración para muchas de sus obras. Aquí, pues, no puedes perderte el Centre Miró y dos lugares muy apacibles: la Ermita de Nuestra Señora de la Roca y la Iglesia Nueva de San Miguel. Más al sur, puedes visitar la Ametlla de Mar, cuyos atractivos son el puerto pesquero (no te pierdas la subasta de pescado que se realiza cuando llegan las barcas), los restaurantes y el Museo de Cerámica de la Ametlla de Mar, que posee una colección de más de cinco mil objetos de barro cocido. También es interesante el puerto, las playas y calas, así como las lagunas del Delta del Ebro de la Ampolla.

Acabamos nuestras recomendaciones de los mejores pueblos de la Costa Dorada con el Deltebre, pequeña población muy conocida desde donde se puede visitar el Paseo Fluvial o Mirador “Molino de los Mirones”, que es desde donde se contempla el río Ebro y la Isla de Gracia. También son de especial interés la Laguna del Canal Viejo (refugio de diversos tipos de aves), pequeñas islas como la de Sant Antoni o la de Buda, la desembocadura del río Ebro y, por supuesto, el Parque Natural del Delta del Ebro, que tiene una superficie de 7.736 hectáreas. Para acabar la ruta, nos despedimos de la Costa Dorada en San Carlos de la Rápita, un municipio marinero estrechamente relacionado con el Delta del Ebro, donde el visitante puede pasear por el pueblo pesquero, ver la Iglesia Nueva y contemplar el Mirador de la Guardiola.

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