Cuando oímos la palabra Raval nos viene a la cabeza una mezcla de bohemia y delincuencia, ya que el antiguo barrio chino de Barcelona es el rincón más conflictivo de la Ciudad Condal. No obstante, en parte gracias a los intentos de la Generalitat por mejorar esta zona, lo cierto es que El Raval cuenta con calles interesantes, seguras y con gran riqueza cultural y gastronómica.
Hay que reconocer que en algunas calles se junta la fauna más rara de la ciudad con locales muy destacados, como ocurre con la Filmoteca de Catalunya, cuya nueva sede limita con las famosas calles Sant Pau, Espalter y Sant Josep Oriol. Y justo en frente se sitúa el conocido Bar Marsella, lugar de encuentro para los estudiantes ingleses que vienen a Barcelona de Erasmus. Se trata del templo de la absenta, donde se dice que Hemingway estuvo bebiendo. Es el más antiguo de Barcelona.
Aunque parezca mentira, en El Raval se hallan instituciones que son muy importantes en el entorno de la cultura catalana como el Foment de les Arts Decoratives (FAD), el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA). Pero tampoco hay que olvidar que la facultad de Geografía e Historia de la UB (Universitat de Barcelona) también se encuentra aquí, por lo que el barrio también cuenta con calles tranquilas y seguras.
Y es más, junto a las Ramblas, el propio Mercat de La Boquería, el teatro Liceu y el reconocido Palau Güell se ubican también en este área, así como el gran Hotel España de cuatro estrellas y la pastisseria Escribá.
Asimismo, esta zona ha llamado la atención de numerosos empresarios locales y extranjeros que han abierto en El Raval bares y restaurantes donde poder tapear e ir de cañas sin el menor problema, con un ambiente inmejorable. Aquí también podremos encontrarnos con establecimientos muy antiguos que han sabido permanecer a lo largo de los años sin perder su calidad.
Por otra parte, por la sencilla razón de que en El Raval los precios de alquiler y compra de viviendas son mucho más asequibles que en cualquier otra parte de Barcelona, numerosas personas de otras provincias que se han mudado aquí han escogido este barrio para residir, y este hecho ha conllevado que se hayan ido abriendo con los años cuantiosos bares y restaurantes propios de su tierra.
Así, hallaremos la Casa de la Rioja, la Casa de Mallorca, La Casa de Aragón o La Voz de Galicia entre otros establecimientos hosteleros, aunque también se han instalado aquí instituciones culturales para defender diferentes culturas como el Centro Gallego de Barcelona, el Centro Cultural de Bangladesh o la Casa del Libro Árabe. Incluso los franceses se han animado a poner aquí un restaurante, el destacado Au Port de la Lune.
Por último, hay que destacar que dentro de El Raval existen algunas de las tiendas de skate más importantes de la ciudad, cuyos materiales tienen muy buena calidad, como Barna Style Wear, Free Sports y Trust Nobody. En definitiva, con un poco de cuidado y sentido común, este barrio obrero esconde maravillas que merece la pena conocer.
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