Hay muchas formas de pasar un domingo en Barcelona y, así, atajar el frío del invierno y el aburrimiento de este día de sagrado descanso de la semana. En este blog os hemos propuesto desde hacer una escapadita fuera de Barcelona para pasear por las bonitas y vacías playas del Maresme (en esta época del año), hasta ir a tomar unas tapas al bar de la Filmoteca, o ir a leer y tomar un café en un bar y pasar un día relajado.
Hoy en ShBarcelona os proponemos descubrir el famoso Mercat Dominical de Sant Antoni, sus libros, revistas y cómics antiguos y de coleccionista, así como su ambiente auténtico de barrio.
Tabla de contenidos
La historia del mercado más emblemático de Barcelona
En 1882 se inauguró este edificio de estilo modernista con el nombre de Mercado de Antoni Rovira i Trias y Josep M. Cornet i Mas, justo entre las calles Comte d’Urgell, Tamarit, Comte Borrell y Manso, aprovechando una de las islas de casas que quedó vacía dentro del plan urbanístico de Ildefons Cerdà llamado l’Eixample.
En este mercado se vendía comida y enseres para la casa, pero a partir de 1936 se instaló también un mercado de venta de libros de segunda mano, heredero de la Fira de Bellcaire (que se celebraba en ese emplazamiento antes de la construcción del mercado).
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Esta feria conocida como “Mercat del Llibre d’Ocasió”, se fue desplazando por su gran crecimiento hacia el mercado y terminó aprovechando las marquesinas de alrededor de éste por petición expresa de los vendedores, que se veían afectados por las inclemencias del tiempo constantemente. Desde ese momento el mercado tomó el nombre definitivo de Mercado Dominical de Sant Antoni.
Con el paso del tiempo la feria se ha convertido en un centro de reunión de niños, jóvenes y mayores que intercambian cromos en la acera, compran libros antiguos o de segunda mano, ven las últimas novedades literarias, cotillean entre los videojuegos, las revistas, DVD’s, y todo tipo de dispositivos de reproducción, hablan con sus amigos entre los artículos para después ir a tomar el típico vermut, etc.
Algunos de los feriantes de las paradas actuales son nietos de los primeros feriantes de la Fira de Bellcaire, y aún recuerdan las peripecias que tuvieron que hacer sus familiares para subsistir durante el franquismo y la pérdida de la libertad de expresión durante esa época. Muchos intelectuales de todas las épocas han sido figuras habituales de este mercado durante décadas, cosa que le añade prestigio al mercado y atrae a muchos curiosos.
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Las reformas que se encontraron con restos arqueológicos
Actualmente el recinto del Mercat de Sant Antoni antiguo está siendo reformado y, de momento, cada domingo las paradas se instalan en todo el ancho de la calle Urgell para que el público las visite. Las obras se han visto retrasadas por el hallazgo de restos arqueológicos medievales de la muralla de Barcelona, pero según el alcalde de Barcelona en 2016 el recinto abriría de nuevo con todas las paradas instaladas de nuevo dentro del recinto original. Esperamos que este recinto cumpla con las expectativas de los ciudadanos y respete la historia de esta famosa y tradicional feria de Barcelona.
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